La
miel es un fluido dulce y viscoso producido por las abejas a partir del néctar de las flores o de secreciones de partes vivas de plantas o de excreciones de insectos chupadores de plantas. Las abejas lo recogen, transforman y combinan con la enzima invertasa que contiene la saliva de las abejas y lo almacenan en los panales donde madura. Además la
miel es una secreción que fue consumida anteriormente por éstas.
La técnica que involucra la extracción de
miel de los panales de la colmena es conocida como apicultura.
Las características físicas, químicas y organolépticas de la
miel vienen determinados por el tipo de néctar que recogen las abejas.
El origen botánico de las mieles define también la mayor o menor facilidad de éstas a cristalizar.
China, Argentina y Turquía son, en ese orden, los tres mayores productores de
miel a nivel mundial.
Historia de la miel
La
miel tiene sus cualidades reconocidas y utilizadas por los seres humanos desde tiempos remotos, como alimento y para endulzar naturalmente con poder de endulzar dos veces mayor que el azúcar de caña.
Existen diversas referencias históricas a esta sustancia. Además de las citas bíblicas, muchos otros pueblos, como los antiguos egipcios o los griegos, por ejemplo, se referían a la
miel como un producto sagrado, llegando a servir como forma de pagar los impuestos. En excavaciones egipcias con más de 2000 años fueron encontradas muestras de
miel perfectamente conservadas en vasijas ligeramente tapadas que aun eran comestibles y solamente tenian que calentarla. También existen registros prehistóricos en pinturas rupestres de la utilización de la
miel.
Son conocidas diversas variedades de
miel que dependen de la flor utilizada como fuente de néctar y del tipo de abeja que la produjo, pero como éstas la fabrican en cantidad cerca de tres veces superior de lo que necesitan para sobrevivir, siempre fue posible, primeramente, recogerse el exceso de ésta para el ser humano y más tarde realizarse la domesticación de las abejas para el fin específico de obtener su
miel, técnica conocida como apicultura.
Tipos de miel
Según su origen vegetal, la
miel se diferencia entre:
Miel de flores: la producida por las abejas a partir del néctar de las flores. Se distinguen muchas variedades:
Monofloral: predominio del néctar de una especie. Las más usuales son de castaño, romero, Ulmo, tomillo, brezo, naranjo o azahar, tilo, acacia, eucalipto, lavanda o cantueso, zarzamora, alfalfa, etcétera.
Multifloral («varias flores»): del néctar de varias especies vegetales diferentes, y en proporciones muy variables.
De la sierra o de montaña, y del desierto (varadulce, mezquite, gatun), que son tipos especiales de mil flores.
Miel de mielada o mielato, rocío de
miel,
miel de rocío o
miel de bosque: es la producida por las abejas a partir de las secreciones dulces de áfidos pulgones, cochinillas y otros insectos chupadores de savia, normalmente de pinos, abetos, encinas, alcornoques y otras plantas arbustivas. Suele ser menos dulce, de color muy oscuro, se solidifica con dificultad, y no es raro que exhiba olor y sabor especiados, resinosos. La
miel de mielato procedente de pinares tiene un peculiar sabor a pino, y es apreciada por su uso medicinal en Europa y Turquía.
La
miel de flores es transparente y se solidifica con el tiempo dependiendo de su procedencia vegetal y de la temperatura. Por debajo de 14 °C se acelera el proceso de solidificación. Las mieles de brezo se endurecen muy pronto y las de castaño tardan mucho.
El estudio del polen en la
miel virgen (melisopalinología) permite determinar su origen floral. Dado que las partículas de polen están electrostáticamente cargadas y atraen otras partículas, las técnicas usadas en la melisopalinología pueden usarse en estudios medioambientales de partículas radiactivas, polvo o contaminación.
Un efecto seundario de la recolección del néctar y el polen para la producción de
miel es la polinización, que es crucial para la reproducción de las plantas con flores. La
miel dura mucho.
Usos gastronómicos de la miel
La
miel se usa principalmente en la cocina y la pastelería, como acompañamiento del pan o las tostadas (especialmente, en desayunos y meriendas) y como aditivo de diversas bebidas tales como el té. Al ser rica en azúcares como la fructosa, la
miel es higroscópica (absorbe humedad del aire), por lo que el añadir una pequeña cantidad a panes y pasteles hace que éstos endurezcan más lentamente. La
miel virgen también contiene enzimas que ayudan a su digestión, así como diversas vitaminas y antioxidantes. Por esto suele recomendarse el consumo de la
miel a temperaturas no superiores a 60°C, pues a mayor temperatura empieza a perder propiedades beneficiosas al volatilizarse algunos de estos elementos.
Los veganos evitan tomar
miel, pues técnicamente es un producto de procedencia animal, no así los apivegetarianos.
La
miel es el ingrediente principal de la hidromiel, que es producida a partir de la
miel y el agua, que también es conocida como «vino de
miel».
Debido a su contenido de azúcares simples, de asimilación rápida, la
miel es altamente calórica (cerca de 3,4 kcal/g), por lo que es útil como fuente de energía.
La
miel no se echa a perder, es altamente perdurable, no caduca. Gracias a su alta concentración de azúcar, mata a las bacterias por lisis osmótica. Las levaduras aerotransportadas no pueden prosperar en la
miel debido a la baja humedad que contiene. Los traslados de cuerpos humanos en la antigüedad se hacían sumergidos en
miel; por ejemplo Alejandro Magno fue trasladado desde Babilonia hasta Alejandría en Egipto en el 323 a. C. y el de Agesilao II, rey de Esparta, desde Egipto hasta su ciudad natal en el 360 a. C., utilizándose
miel para evitar la descomposición. El efecto preservante de la
miel se debe a su baja concentración de agua y es idéntico al que permite la prolongada conservación de los dulces y de las frutas en almíbar donde el alto contenido en azúcar disminuye el contenido de agua.
Las abejas añaden además una enzima llamada glucosa oxidasa. Cuando la
miel es aplicada sobre las heridas esta enzima produce la liberación local de peróxido de hidrógeno.
Precauciones sobre la ingesta de miel
La
miel (al igual que otros endulzantes) puede ser también extremadamente peligrosa para los bebés. Esto se debe a que al mezclarse con los jugos digestivos no ácidos del niño se crea un ambiente ideal para el crecimiento de las esporas Clostridium botulinum, que producen toxinas. Las esporas del botulismo son de las pocas bacterias que sobreviven en la
miel, pero se encuentran también ampliamente presentes en el medio ambiente. Aunque dichas esporas son inofensivas para los adultos, debido a su acidez estomacal, el sistema digestivo de los niños pequeños no se halla lo suficientemente desarrollado para destruirlas, por lo que las esporas pueden potencialmente causar botulismo infantil. Por esta razón se aconseja no alimentar con
miel ni ningún otro endulzante a los niños menores de 12 meses.