
El
colador se trata de un utensilio de cocina que emplea el concepto de criba o filtro de alimentos con el objeto de escurrir. En la cocina se emplea un
colador cuando se quiere separar un alimento líquido de su caldo, por ejemplo: al cocer pasta se emplea un
colador para separar la pasta (sólida) de su salmuera de cocción (líquido), al cocer las legumbres, el arroz, etc. El material empleado suele ser metálico (aluminio) o plástico, algunos de ellos están elaborados de una trama de finos hilos de acero, todos los
coladores suelen tener forma semi-esférica para contener la mayor cantidad de mezcla posible. En el borde de los
coladores suele haber una especie de ganchos para que se pueda sujetar en una cacerola u olla el contenido separado. Existen
coladores con forma cónica (chinos) empleados para separar los elementos de consistencia sólida (pepitas, semillas, etc...) de la parte más caldosa.
Es costumbre tradicional elaborar el café hervido en agua y posteriormente separado con un
colador de tela antes de ser servido, de esta forma se puede encontrar café en el norte de España (café de pote). Algunas personas sostienen que una media es capaz de hacer las funciones de
colador con gran eficacia.
Características físicas del colador
Un
colador necesita de dos características físicas para ser elegido en una tarea de la cocina:
El tamaño de los agujeros del cedazo, que es muy importante en la selección de los elementos a separar, ya que en su función de filtro es importante saber qué debe quedar sobre el
colador.
La superficie de
colador, o receptáculo de la mezcla importante para saber la cantidad a tratar.
Variantes del colador
Es muy frecuente encontrarse diferentes tipos de
colador en una cocina, como por ejemplo un
colador de té que suele tener forma esférica en diferentes variantes y tamaños, el
colador empleado en las tisanas suele ser semiesférico y similar al empleado en la separación de la parte sólida y líquida de alimentos.