
Nombre científico o latino: Fragaria vesca
Familia: Rosáceas (Rosaceae).
La fresa silvestre es originaria de Europa, concretamente de la región de los Alpes. El fresón, considerado una variedad de fresa, proviene de dos especies americanas que se mezclaron a su llegada a Europa. En la Edad Media se le atribuyeron diversas propiedades terapéuticas contra las infecciones de garganta, fiebre y problemas renales. Parece que la fresa comenzó a ser cultivada en Francia en el siglo XV, y algo más tarde en España. Durante el siglo XIX se crearon numerosos híbridos, pero es en el siglo XX cuando se produce la explotación de la fresa a gran escala.
Beneficios de la frutilla
Las fresas y los fresones son frutas muy poco energéticas cuyo principal componente, después del agua lo constituyen los hidratos de carbono (con una cantidad moderada alrededor del 5% de su peso), fundamentalmente fructosa y glucosa.
Son muy ricas en vitamina C (con un porcentaje incluso superior al que posee la naranja), y ácido fólico. Entre los minerales destacan el hierro, calcio y yodo, además del fósforo, magnesio y potasio. Son, además, una buena fuente de fibra (1.63 gramos por 100 gramos de alimento).
Las fresas contienen diversos ácidos orgánicos, entre los que destacan el ácido cítrico, málico, oxálico, y también contienen pequeñas cantidades de ácido salicílico.
El color de la fresa es debido a unos pigmentos vegetales (flavonoides) conocidos como antocianinas. Las antocianinas actúan como potentes antioxidantes (neutralizan los radicales libres). En este sentido, si tenemos en cuenta que el proceso oxidativo trae como consecuencia el deposito de colesterol en las arterias, y es responsable del envejecimiento y de ciertas mutaciones cancerígenas, se puede decir que las fresas ejercen un efecto protector sobre la salud. De hecho, las fresas constituyen una de las frutas con mayor capacidad antioxidante, la cual no sólo deben a su contenido en antocianinas, sino a la presencia en su composición de cantidades importante de polifenoles (ácido elágico) y de vitamina C.
Gracias a su fibra, pigmentos y ácidos, la fresa ejerce un efecto laxante, facilitando las funciones intestinales y evitando el estreñimiento.
Además, al igual que otras frutas y hortalizas, su bajo aporte en sodio y su alto contenido en potasio hace que estén indicadas en personas con hipertensión arterial.
Por su contenido en salicilatos deben evitarlas aquellas personas que presentan intolerancia a la aspirina (ácido acetil salicílico).
En algunas personas con ciertas patologías intestinales, el consumo de esta fruta puede desencadenar la aparición de urticaria o pequeñas erupciones rojas en la piel. Esto se debe a que las proteínas presentes en las fresas pueden atravesar las paredes del intestino dañado, pasando a la sangre y provocando esta reacción.
Por otra parte, las personas con tendencia a la formación de cálculos renales de oxalato, deben evitar consumir grandes cantidades de fresas. Ello es debido al contenido en ácido oxálico, que al eliminarse por orina forma oxalato cálcico, sustancia insoluble que forma arenilla y cálculos (piedras). Sin embargo, algunos autores opinan que un consumo moderado de fresas no supone ningún riesgo para estas personas.
El uso de esta fruta combate las siguientes enfermedades:
Reumatismo, problemas hepáticos, gota, disolvente de arenillas y cálculos, obesidad, tifo, enfermedades del bazo, diarreas, tos, catarros, asma, depuración de la sangre, blenorragias, disentería.
Para una curación se puede mezclar jugo de frutillas y frambuesas en partes iguales y beber medio vaso durante el día, cada 4 horas.
Otra forma consiste en hervir agua y dejar enfriar, luego exprimir las frutillas y mezclar en partes iguales con esa agua fría y tomar 1 cucharada cada hora del preparado.
Comer la fruta entera tiene mucho más poder curativo. Si se quieren expulsar del organismo sustancias intoxicante, se debe proceder llevando a cabo durante unos días, un medio ayuno, evitando las comidas saturadas en grasas, el alcohol y los condimentos. Es bueno comer durante tres días frutillas a distintas horas y beber mucho líquido.
Las hojas de frutillas tambien son aprovechables en problemas de nervios, pues además de contribuir a una buena depuración, es sedante del sistema nervioso de forma suave. Asimismo el té preparado con hojas de frutillas puede emplearse mezclado con el jugo de la fruta, agregando azúcar y componiendo un jarabe para la tos, resfríos y catarros.
Información nutricional de la frutilla
Por cada 100 gramos de porción comestible :
Calorías: 34,5 Kcl.
Hidratos de carbono: 7 g.
Fibra: 2,2 g.
Potasio: 150 mg.
Magnesio: 13 mg.
Calcio: 30 mg.
Vitamina C: 60 mg.
Folatos: 62 mcg.
Vitamina E: 0,2 mg.
Ciclo de la planta fresal (fresa y fresón)- Invierno (fresa y fresón):
Período de días cortos y bajas temperaturas en el que se produce una paralización del crecimiento, hasta que la planta acumula el frío necesario y sale de la latencia.
- Primavera (fresa y fresón):
Con la elevación de las temperaturas y el alargamiento progresivo de los días, aparece una reanudación de la actividad vegetativa, floración y fructificación, aumentando con la longitud del día.
- Verano (fresa y fresón):
Período con influencia de días largos y temperaturas elevadas, la planta crece y se multiplica vegetativamente por emisión de estolones.
- Otoño (fresa y fresón):
Con incidencia de días cortos y temperaturas descendentes, se da una paralización progresiva del crecimiento, con acumulación de reservas en las raíces. Comienza la iniciación floral y la latencia de la planta.
Cultivo de la frutillaTemperaturas: La fresa es un cultivo que se adapta muy bien a muchos tipos de climas.
Temperatura mínima biológica, 6ºC.
Temperatura mínima letal -12ºC (fase vegetativa, -6ºC y fase floración, 0-2ºC).
Temperatura óptima, 10-13ºC nocturna y 18-22ºC diurna.
Temperaturas por debajo de 12ºC durante el cuajado dan lugar a frutos deformados por frío, en tanto que un tiempo muy caluroso puede originar una maduración y coloración del fruto muy rápida, lo cual le impide adquirir un tamaño adecuado para su comercialización.
La parte vegetativa de la fresa es altamente resistente a heladas, llegando a soportar temperaturas de hasta -20ºC, aunque los órganos florales quedan destruidos con valores algo inferiores a 0ºC.
Los valores óptimos para una fructificación adecuada se sitúa en torno a los 15-20ºC de media anual.
No obstante, el fresón necesita acumular una serie de horas frío, con temperaturas por debajo de 7ºC, para dar una vegetación y fructificación abundante.
Este requerimiento en horas frío, muy variable según los cultivares, no suele satisfacerse totalmente en las condiciones climáticas onubenses.
Ello obliga a desarrollar las plantas en latitudes altas, de forma que una vez acumulada la cantidad de frío necesaria para cada cultivar, dichas plantas son trasladadas al litoral onubense para fructificar y producir.
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